Ekintza zuzena. Reseña de libros


ESTO NO ES UN MANIFIESTO 

A Evaristo Páramos: por tenerlo claro desde el primer momento, 
no saberse callar y dar la cara.

I.

El Manifiesto conspiracionista es un libro sin autoría que, al final del infierno de 2021 y en medio de lo más crudo de la excepcionalidad de las medidas sanitarias, aparece aupado en un sello de la industria editorial francesa (v. Seuil). Una semana antes de su publicación y en base a una filtración policial -como un Polifemo herido que en la desesperación de su ceguera intenta atrapar a Nadie-, los medios de comunicación buscan ponerle cara, con la sola intención de desvirtuarlo. De esta espectacularización que lo eleva a la categoría de escándalo, se siguen las reacciones viscerales de esos haters que lo estaban ahí esperando; antes incluso de haberlo podido Nadie soñar. Y es que, quien hace la ley, hace la trampa.


II.

La traducción al castellano, no ha tardado en hacerse esperar, ha corrido a cargo de Pepitas de Calabaza que ha asumido la apuesta poniéndolo en continuidad con el resto de títulos de su catálogo. Así pues, de esta parte de los Pirineos y coincidiendo con la desescalada, no ha hecho falta desacreditarlo otorgándole más publicidad de la debida. Ha pasado pues, interesadamente, desapercibido. Todo va muy deprisa y el escenario es otro. El silencio también forma parte de la estrategia. Y entonces, lo que resultaba del texto, en el momento de su publicación, adecuado podría decirse ahora que de repente ha dejado de ser oportuno. O precisamente quizás lo contrario, y esta es una de las tesis del libro: como en un mal chiste, lo que valía hace seis meses -por milagro- deja de tener validez. Y esto, a riesgo de volvernos a todos tarumbas -en un claro ejemplo de luz de gas- se modifica el guión, se cambian las reglas, se adecúan los comportamientos, se pide más gobierno, se gestiona la crisis. Bienvenidos al Estado de malestar permanente. Y con ello, la nueva normalidad que se nos viene encima.

III.

El librito es provocador ya desde el título. ¿Cuándo se ha visto antes un manifiesto de más de trescientas páginas? El título contribuye en gran medida a desviar [détourner] la atención de la obra. Así, sin más, sobre fondo negro. Pero entonces, ¿a quién va dirigido realmente que le pueda provocar tanto? Si no fuese porque de entrada tácticamente ha surgido en una editorial generalista, por su estilo de redacción podría encajar perfectamente con cualquiera de los lectores del Comité invisible, de Tiqqun,... Pero, ¿dónde han ido a parar todas estos intrepidos lectores desde marzo de 2020? Lo cierto es que estas mismas gentes que debieran inscribirse en una larga tradición que se remonta a las conspiraciones de los iguales babuvistas, lo mismo que se empollan el cuaderno V. del Libro de los Pasajes de Benjamin, etcétera, etcétera. A estas gentes, no es que se les haya caído el libro de las manos, desprendiéndose de esta batería terminológica han hecho explícita una renuncia. Ya sea poniéndose de perfil, que cacareando absurdos protocolos lo han vaciado de su potencia significante. Además que no han dudado en emplearlo, o no han evitado utilizarlo como objeto o insulto arrojadizo. Y todo esto, lo hemos comprobado, ha provocado dramas irreconciliables entre la peñuki del rollito y no solo. Se opera un cisma. Ni están, ni se les espera. Y visto lo visto, mejor así.

IV.

El libro va más allá de la dimensión y de la gravedad del momento, -de un análisis de la mera coyuntura y de las decepciones personales. Sirve para situar una visión de conjunto por medio de una apabullante investigación expresamente desprovista, eso sí, del formalismo abstracto y del rigor académico con sus correspondientes fuentes, notas y referencias bibliográficas al uso. Venceremos porque somos más profundos: una referencia de connotación partisana, en la contraportada. Porque la cuestión ya no es si es cierto lo que cuenta. La cuestión es el porqué no teníamos ni idea de: Dark Winter, Atlantic Storm, Skinner box, Event-201, MK-Ultra, KUBARK, DARPA, Nudges, etc. Todos y cada uno, ejemplos de una guerra contra el habitar y contra lo existente, que se lleva librando desde hace décadas en Occidente. Quizás por eso, la sensación es que además de dejarnos con el culo vuelto, nos ha pillado con los pantalones bajados. Y sin embargo, la conciencia deviene conspiracionista. No puede ser que aquello que los denostados conspiranoicos nos advierten, una y otra vez, termina siendo más tarde un hecho verificado. Aquello que afirman termina siendo consenso. Como tampoco puede ser que en el chiringuito okupi de la vuelta, sea más fácil controlar que no se cuele un virus, que se nos infiltre un secreta. En la espectacularización integrada se ven policías que pasan por revolucionarios y revolucionarios que pasan por policías. Y mientras así sea, vamos dejando pasar el tiempo. A verlas venir.

V.

Así que una vez cerrado el libro, nunca más será una frikada asegurar que estamos atravesando un umbral de época. Este mundo está llegando a su fin. No se sostiene. Quieren nuestro alma, incluso nuestras amistades. Colonizan nuestro futuro, lo intentan con nuestra imaginación y se sirven para ello de la tecnología. La hipótesis cibernética. Rechazar esta posición es tomar partido. Negarse. Ahora más que nunca, o formamos parte del problema, o formamos parte de la solución. Hay desertores por todos lados. Aquellos que al encuentro respiramos alegría: “queremos vengarnos”. Y como dice la canción: "inspira y conspira". Pero esto es ya otro cantar: no es la Polla es Doctor Deseo.

Desde los jardines de la sociedad de amigos del entorno,

Clara de Mente

---
Post Scriptum: no olvidar preguntarse nunca, qué hacían un Durruti o, si se prefiere, una Rosa Luxemburgo en torno al 1918, coincidiendo con la gripe española de la que nunca hicieron mención. Cualquier cosa menos autoconfinarse, quedó demostrado.

Entradas populares